Resulta asombroso comprobar ahora cómo las secuencias de la tendencia sísmica global (diurna en ciclos mareales) avisaban días antes de lo que estaba a punto de suceder:
Después del terremoto al sur de nueva Zelanda, la fuerza del vector lunisolar de marea en el momento de ocurrir el terremoto cerca de Nueva Zelanda era de:
687679733340,773 N (es decir dentro del rango crítico de marea).
Todavía estaba habiendo suerte (había ocurrido lejos de un área poblada):
Pero la la anomalía continuaba aumentando, y tres días después en dos lugares muy distantes:
Hoy, por desgracia, las víctimas en Birmania se cuentan por millares.
No pude resistirme entonces a publicar la gran anomalía observada (cuatro días antes y el día anterior) aunque sabía que de poco serviría, porque los humanos creen en muchos mitos y mentiras, pero nunca suelen creer en la ciencia viva de Casandra:
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