Murder incorporated y las vacunas contra la polio

Las comisiones, las vacunas, y la fascinación cateta por lo grande


Algunos llevamos la vida entera asombrados con la "Egiptología".

Cuando alguien es aficionado "al cazo" (comisión ilegal), se suele socarronamente llamarle egipcio, por la postura característica con la que aparecían sus manos en las imágenes de sus antiguos monumentos, como queriendo que depositen algo en ellas.

Antes (también lo siguen diciendo ahora) cuando opinabas en contra de alguna "gran obra", ya sabes, esas obras que dejan fuerte comisión (mondongo le llama alguno), faraónicas como la pirámide de Keops, como las campañas de vacunación masiva, la compra de mascarillas, o la misma guerra, y que al parecer son necesarias para mantener el sistema de vida de estos "prohombres", solían interpelarte:

"¿Pero qué queréis? ¿volver a vivir en cuevas? ¿no-que-réis-pro-gre-so? o seeaa oyeess ¡qué ignorantes! qué-fuer-te, o seeaa... ¡negacionistas! ¡tierraplanistas!" (chillaban los más exaltados)

Siempre a los catetos, a los verdaderos ignorantes, a "los tristes", parece que les gusta lo grande, lo inmenso. Puertos grandes, coches grandes, tetas grandes, pollas grandes, campañas grandes de vacunación...
Pero vamos a ver hombre (y mujer) de Dios: ¿No te han dicho nunca que las mejores esencias se guardan en frascos pequeños? ¿no te han informado que uno de los trabajos más inmensos es una puta miniatura? ¡Un chip joder! ¡Pero si tiene pequeño hasta el nombre!

Se empieza nombrando patrimonio de la humanidad a un inmenso montón de piedras, en vez de a un microchip, por ejemplo, y luego pasa lo que pasa con un desapercibido microbio camuflado en una campaña masiva de vacunación contra la gripe.

Pues mira, como consecuencia de estas boberías y grandezas tuvimos el mayor efecto adverso en una campaña de vacunación (1)
¡Y todavía no se han enterado!
Estaréis contentos ¡Ya te digo! moriremos todos con su éxito.
Son unos putos subnormales. Os voy a poner otro ejemplo: En mi pueblo hicieron un puerto tan grande, tan grande y ridículo, que se forman tormentas en él, y no es broma.

(1)


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